jueves, 12 de enero de 2023

El cuerpo y la mente en desempleo


Muy a pesar de que la reacción de un adolescente que aun no encuentra empleo no sera la misma a la de un padre de familia que cubre todos los gastos perdiéndolo se debe tener en cuenta que ambas situaciones pueden generar un estrés, ansiedad, frustración y hasta depresión en ambos casos.

La ansiedad se hace presente al momento de estar desempleado derivando en ataques de ansiedad que varían a provocar síntomas como molestias estomacales, insomnio y contracturas musculares y si esta situación se mantiene así pueden aparecer nuevos síntomas como el desánimo, la desesperación e incluso escalar a una depresión.

Los sentimientos como la impotencia, la frustración y el agobio suelen ser más frecuentes al igual que una crisis de identidad ante el hecho de no tener ingresos ligando una pérdida de capacidad adquisitiva y del proyecto personal, así como la misma pérdida de la necesidad básica de la autorrealización. 

Puede incluir incluso un gran peligro al tener la autoestima ligada al tener o no un trabajo. El estrés crónico puede llegar a convertirse en apatía, desmotivación y como se mencionó anteriormente, depresión dando lugar a conductas como el aislamiento o agresividad.


Los males fisiológicos.

En consecuencia, los males fisiológicos se presentan en forma de
agotamiento, tensión física e incluso alteraciones del sueño debido a los niveles altos del cortisol (la hormona del estrés) dando lugar a efectos tóxicos sobre los tejidos presentes en el sistema nervioso al estar presentes mucho tiempo, a pesar de eso, la mayor parte de estos efectos son reversibles.


-Aislamiento social, este siendo derivado de la vergüenza, la sensación del fracaso y el sentimiento de culpa que dificulta y corta con cualquier forma de comunicación y relaciones sociales

-Desordenes alimenticios, a base de la depresión y ansiedad que provoca la situación, además de dejar en segundo plano los gastos de la alimentación.

-Conflictos familiares, a raíz de no conseguir empleo estos aumentaran gracias a comentarios o especulaciones de la familia o circulo social que pueden derivar en discusiones

- A base de la hipertensión provocada por el estrés, se presenta la obesidad, el sedentarismo, la diabetes y el pesimismo.


La misma falta de empleo en tiempo prologado genera gastritis, dolores de cabeza, espalda o cuello, hipertensión y alteraciones de la piel.

Ocho meses pasados el desempleado entra en un estado de desesperanza.



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